Lo prometido es deuda, y al igual que Monolith Productions ha estrenado exactamente lo que publicitaron yo le voy a reventar la cabeza a Ishgha el Necrófago con las manos antes de que Mozfel el Rebelde se de cuenta de que me estoy paseando por la fortaleza que hay a las afueras de Durthang, su nuevo sitio favorito. Mozfel y yo ya nos conocemos, y de hecho él me conoce a mí un poquito mejor que yo a él. Mi condición inmortal le resulta más molesta que inquietante a estas alturas, y las últimas dos veces que me apaleó le serví como mero instrumento de entrenamiento para disminuir sus defectos y aumentar sus virtudes en el combate. Así que ya no podré atacarle a distancia, rematarle, atacarle por la espalda ni atacarle saltándole encima, aparte de que me resultará imposible aturdirle… Pero en esta ocasión voy mejor preparado, y sumado a mis nuevas habilidades monto sobre un caragor con mucha hambre que se va a reencontrar con otros cinco que liberaré en dicha fortaleza para sembrar el caos. Esta vez voy a peinar a ese maldito orco.
En esto consiste ser la Sombra de Mordor, y si no te apresuras en acabar con un orco que se haya cruzado contigo lo más probable es que vuelvas a verle más feo, cabreado y mejor acompañado en el momento menos oportuno. Ten claro que este no es el típico juego, y si no vas en busca de alguien que ya te haya conocido en persona será él mismo quien vaya a por ti y te encuentre. Tú decides quién lleva las riendas de dicha cita con la muerte. Que el más diestro tome su papel.
QUE COMIENCE LA CACERÍA
Bienvenido a lo que queda de la vida de Talion, con su mujer e hijo asesinados por la Mano Negra de Sauron y encerrado en Mordor junto al espectro de un príncipe elfo con mucho que contar. Como cabe esperar, los amigos que se encuentra uno en Mordor son escasos y en situaciones no muy agradables. Los humanos que quedan tras la Puerta Negra si no son esclavos tienen pocas esperanzas ya de no acabar siéndolo, y si un orco decide comportarse amigablemente contigo no esconderá buenas intenciones precisamente. Frodo todavía no pasará por aquí, y Gollum sigue buscando como un perro el anillo que Bilbo le robó. Frente a ti se extiende el Valle de Udûn, espléndido a pesar de ser la entrada a la tierra fea y gris de Mordor, repleto de sucios orcos conspiradores a los que cortarles la cabeza, cada uno con su cara, complexión, conjunto veraniego de El Corte Mordoriano, aptitudes y repertorio de eslogans. Por el momento ninguno de ellos te conoce realmente y, suponiendo que quieras causar una buena primera impresión, ha llegado el momento de divertirte rodando en un vicioso ciclo de asesinatos cada vez más violentos ante los que tendrás que tomar las siguientes dos precauciones:
1ª) No te dejes ensartar. Ya no disfrutas de la mortalidad, pero el orco que te mate se hará más poderoso si te vence.
2ª) Si el orco es «famoso», que no escape con vida. Si huye no será para jubilarse sino para volver y enseñarte trucos nuevos basándose en las técnicas de combate que más hayas usado contra él.
Así, a base de golpes y frustraciones (sobretodo al principio del juego y para quien esté acostumbrado a jugar juegos más fáciles de un solo jugador) empezamos a conocer uno de los regalos que Shadow of Mordor ha hecho a la industria de los videojuegos: el sistema Nemesis.
PON UN NÉMESIS EN TU VIDA
Volviendo atrás en la historia videojueguil de El Señor de los Anillos, los enemigos iban a por el héroe corriendo tras detectarle a cierta distancia como kamikazes y no había fuerza capaz de pararle que no fuese su superioridad numérica o ir acompañados por un jefazo (o que un ser sin piedad alguna quitase la pausa a tu partida). En Shadow of Mordor no les bastó a los desarrolladores con que un orco tenga un medidor de vida similar al del protagonista, sino que cada orco puede ser protagonista de su propia aventura tomándote tanto a ti como a sus congéneres como enemigos y luchando con anhelo por la misma meta que se supone que debe tener todo entrenador Pokémon. Estos hijos de a saber quién, no sólo van a por ti, sino que aprenden en el trayecto si les das tiempo para pensárselo.
Nemesis es, como bien dicen sus creadores, un generador de enemigos. A priori define que cada orco tenga un aspecto y nombre únicos (mucho más interesantes que los de los personajes humanos, por cierto), pero también le otorga una personalidad definida, cualidades y defectos que irá desarrollando (y que podrás descubrir en detalle interrogando a otros orcos o encontrando pistas), y un papel aleatorio que irá evolucionando dependiendo de su relación con Talion y con los demás orcos. Cada orco es capaz de ascender de soldado a capitán, e incluso llegar a caudillo, y cuanta mayor sea su rango mayor será su influencia y la cantidad de orcos que imiten su estética y estilo de combate. Al margen del protagonista, los enemigos crearán alianzas y enemistades entre ellos, matándose en el proceso y dejando hueco a potenciales nuevos líderes, que también beberán grog con sus seguidores, cazarán bestias, emboscarán a otros orcos, y un largo etcétera.
En mi caso, mientras avanzaba en la breve pero intensa historia del juego, conocí a lo que considero mi primer némesis. Según el juego no es que el resto no lo fueran, pero este en concreto se suponía que estaba muerto tras haberle lanzado tiempo atrás sobre una de las hogueras de su campamento. Volvió con la cara llena de vendajes quejándose de lo que le había hecho, con la mala suerte para ambos de que volví a envolverle en llamas y nos vimos de nuevo poco más tarde en otro punto de Mordor, presentándose él completamente chamuscado y bastante más enfurecido. Parece que mi solución a su sufrimiento fue cortarle la cabeza, la única forma de asegurar de que ningún orco vuelva a por ti de entre los muertos. Claro que otro no tardó en ocupar su lugar dentro del aparentemente infinito ejército de Sauron, y poco más tarde pude empezar a dominar a este y otros orcos, convertirles en capitanes, ordenarles traicionar a otros y crear mi propio ejército paso a paso.
De este modo y de otros tantos, este nuevo sistema es también capaz de crear nuevas líneas de historia a partir de cada experiencia única que se desenvuelve en base a lo consecuente de cada una de tus acciones y una porción de azar, compensando muy bien la escasa cantidad de misiones de historia que tiene el juego.
EL CABALLERO OSCURO DE MORDOR
A pesar de toda la palabrería que hubo acerca de que Shadow of Mordor usase material de la saga de asesinos de Ubisoft, está bastante claro que el origen de la base de la jugabilidad en este juego es la de la línea Arkham de Batman, desarrollada por Rocksteady Studios. El sistema de combate funciona de forma casi idéntica, pero claramente adaptado al combate con espada, sin más herramientas que sus espadas y habilidades, y con resultados finales mucho más sangrientos de lo que Batman toleraría. Talion gracias a los poderes de su difunto amigo elfo es una auténtica máquina de matar, y eso es el segundo gran atractivo de este juego. El mundo será abierto y maravilloso, con muchos objetos y mejoras que coleccionar y cazas que completar, pero el juego se centra en la dinámica de la brutal venganza constante entre todos los habitantes que lo pueblan. Y resulta que esa venganza es tan dulce cuando los planes salen bien que hasta se le coge cariño a la sangre oscura de los moradores de estas tierras yermas del Señor Oscuro.
Mordor en esta entrega basada en las obras del gran Tolkien cobra muchísimo color dentro de lo gris y muerto que es por definición, pero más que sus tierras caben destacar por encima de cualquier cosa los diseños de las feas criaturas que las pisan. Realmente todo en este juego está hecho para hipnotizar, desde la ropa ondeando al viento a la impresionante música temática que tiene cada caudillo coreando su nombre al ritmo de los tambores.
Hay que decir también que este título no sólo tiene un apartado gráfico excelente, que noto entre otras cosas que han cuidado con mucho esmero la combinación de colores y efectos de iluminación (las imágenes hablan por sí solas), sino que además en el caso de las ediciones para PC la configuración gráfica se ajustó adecuadamente a mi equipo con caídas de rendimiento apenas notables. No hicieron falta actualizaciones ni parches para hacerlo funcionar como debía, algo muy bienvenido teniendo en cuenta la creciente tendencia de las compañías a estrenar primero y corregir después.
Poco más tarde, tras un par de actualizaciones, introdujeron además un segundo menú de pausa opcional que permite cambiar el ángulo, dirección, enfoque y efectos de la cámara para poder ser algo más creativo al sacar capturas de pantalla (algo más difícil de usar para los usuarios de Xbox One que deberán hacer uso de dispositivos adicionales para poder sacar dichas capturas, pero fácil de usar para quienes tengan una PS4).
Hay otro aditivo a esto para quienes les guste revisar la página de Wikia a todas horas y dispongan de un dispositivo de Apple, y es poder sincronizar su cuenta de Warner Bros Games a través de la app Palantir para estar conectado a su comunidad, informarte con guías detalladas e incluso datos acerca de la misma zona que estés visitando en ese momento en el juego. Habría sido interesante poder probarla en Android, pero no tuve la suerte de encontrarla en Google Play.
En cualquier caso, debido a la falta de más elementos que compliquen y hagan más profunda la narrativa y también a lo mucho que gira la jugabilidad en torno al mismo sistema Nemesis, en ocasiones el mismo juego puede llegar a parecer más que un estreno de lo que podría convertirse en una trilogía (ojalá) una especie de experimento dirigido a mostrar una nueva perspectiva sobre el diseño de los mecanismos relativos a la IA en un videojuego. Imagino que esto aplicado a más juegos de mundo abierto, multijugador online y de competición resultará más que interesante. Por ello puede que quien esté más interesado en la historia que hay detrás lo podrá terminar en un par de tardes y conformarse, pero inevitablemente si te enganchas al sistema Nemesis no saldrás de él en bastante tiempo. ¿Qué se puede decir de un juego que te genera nuevos retos personalizados constantemente? Aún hay mucha vida en Mordor, y hay que acabar con ella decapitación tras decapitación.
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