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20 PRINT”
Es una tarde de verano de 1988 calurosa y con mucha humedad. Nuestro amigo intenta refrescarse asomándose al balcón, buscando una ligera brisa que nunca llega. Le gusta hacerlo también porque desde ahí puede escuchar el batiburrillo de efectos de sonidos que llegan desde el salón recreativo de debajo de su casa.
Esta mañana ha visto entrar al técnico de las recreativas y parecía que llevaba nuevas “placas” para instalar. De momento no ha notado nada diferente en la banda sonora que le llega desde los recreativos, pero al poco rato de estar asomado, empieza a escuchar ruidos de tormenta ¿cómo es posible si no hay ni una nube? A continuación se solapa a la tormenta una música de órgano bastante tétrica y para terminar se oye el desgarrador grito de una chica. Se oye con una claridad que parece que esté en el mismo balcón y silencia al resto de sonidos de las otras máquinas.
¿Qué es eso? ¿Será el nuevo juego? ¡¡¡MAMÁ!!! ¡¡¡MAMÁ!!! ¡¡¡ME BAJO A LOS RECREATIVOS!!!
Y una vez más, y ya eran unas cuantas, bajó las escaleras como una exhalación, llegando a los recreativos buscando como un poseso de donde venían esos sonidos tan potentes.
Y allí estaba, el nuevo videojuego, solo, sin nadie que se atreviera a jugarlo, y de pronto comenzó la intro que había escuchado desde casa. Una pareja de jóvenes por un bosque, una tormenta, una casa misteriosa donde refugiarse y un terrible grito que solo podemos oir, pero no ver de que parte de la mansión procede. Y un nombre: “Splatter House”. ¡Pinta bien!
Y de repente el primer valiente se acerca a la recreativa, introduce su moneda de cinco duros y comienza a jugar. Aparece el cuerpo del chico inerte en el suelo, muerto, rodeado de una niebla color morado. Una máscara, como la de Jason de Viernes 13, revolotea alrededor de él, encajando finalmente en su cara y devolviéndole la vida. ¡ES HORA DE LA VENGANZA!
Y a partir de aquí un festival de sangre, vísceras, empalamientos y muchos, muchos extraños y asquerosos enemigos. Nunca había visto algo así pero le encantaba y quería probarlo.
Terminó el chico que estaba jugando, duró poco, y se atrevió a gastar sus últimos cinco duros del día. Salto aquí, hachazo allá, empalamiento con el palo por el otro lado, y muerto ¡otra vez! Buff, es más difícil de lo que parece, que poca duran las tres vidas.
Ahora solo toca esperar a que alguien juegue y poder ver más de la máquina. Y así, una partida tras otra, un día tras otro, finalmente, alguien consiguió terminarla. Y allí estaba nuestro amigo, atento, estudiando todos los movimientos, las tácticas, los trucos para completar las diversas pantallas que componen el juego, hasta que finalmente, y después de un duro aprendizaje y memorización, se atrevió a intentarlo de nuevo. ¿Qué pasó? ¿Hasta donde llegó esta vez? Eso quedará en el salón recreativo, pero os aseguramos que demostró lo que era… un jugón.
30 END
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Por fin ha vuelto está sección!! Ya la echaba de menos ^_^ Me encanta como está redactado porque consigue que me meta de lleno como si yo fuera quien está ahí. Esta vez tampoco estaba la prima, pero ha valido la pena. Bienvenido de vuelta, Yo jugón!! 😀