Magicka es una diversión cooperativa, donde morir forma parte del juego, y matar a tu compañero, más.
Esta especie de aventura fantástica con toques de acción poco seria nos enseña la odisea de hasta cuatro magos (LAN u online) que se dejan guiar por Vlad (que no es un vampiro) hasta el fin del mundo y más allá.
Una campaña cooperativa donde tendremos que enfrentarnos a las típicas oleadas de enemigos (goblins, trols, magos malvados…), pero en el proceso desvaneceremos más veces a nuestros aliados que a los del bando contrario.
Un punto que me sorprendió mucho fue el ambiente distendido y la música ambiental, que me invitan a sentarme en una posada a disfrutar de risas incontrolables con amigos, la mayoría de ellas provenientes de sus variadas e insistentes maneras de morir.
El alma está en las posibilidades al conjurar la magia: ocho elementos que se pueden combinar, más o menos como te plazca, para crear nuevos hechizos, con los que… matar accidentalmente al de al lado.
Aunque lo más poderoso y extendido sea canalizar rayos y atacar a distancia, personalmente me decanto por jugar con los escudos, usándolos para crear minas. Permiten encerrar el poder de varios elementos en una bola, que explotará cuando cualquiera (incluido tú mismo) se acerque a ella. Lo mejor de todo es añadir a la olla el poder arcano (el opuesto al de la vida) para que lance por los aires a cualquier enemigo, y además de provocarle daño, si incluimos también el fuego, se irá quemando poco a poco mientras despega de nuevo.
Claro que, así, lo más probable es que mandes a todos tus amigos a volar por la Puerta de la Luna, pero eres libre de usar este tipo de combinaciones hasta que se enfaden contigo, o te expulsen de la partida ^_^
Y, por si no quedáramos satisfechos con los múltiples cócteles elementales, hay más, que es algo que me sorprendió a medida que avanzaba en el juego. ¿Más elementos? ¡No! ¡Recetas de hechizos! Por el camino existen libros ocultos que contienen Magicks, es decir, una composición específica de elementos que crean algo… mucho mayor. En vez de lanzarlos, como las combinaciones anteriores, se activan pulsando la barra espaciadora, y pueden crear, desde un rayo aniquilador, que cae del cielo para matar de un golpe a cualquier enemigo (o aliado), hasta una brutal ventisca, que congela todo el mapa, o una lluvia de meteoritos, que… bueno, que destruye a TODOS en el mapa. Pero no todo es destrucción; también aprenderemos Magicks que nos permitirán resucitar al compañero tantas veces como sean necesarias (porque, insisto, morir forma parte del juego; morir mucho, muchas veces, de muchas formas); o teletransportarnos, crear confusión (en el caso de un jugador sus teclas cambiarán aleatoriamente de función), darnos mucha velocidad… y uno de mis favoritos: crear una película de grasa. ¿Para qué? ¿Para que se resbalen y caigan por un precipicio? No. Lo explicaré un poquito más adelante 😉 Al principio del juego tenía bastante con aprender todo esto, así que no presté la más mínima atención a las armas que portan los magos. Después de todo, ¿para qué querrías un hacha, cuando puedes hacerte invisible y conjurar un ave fénix que ataque por ti, o una llamarada que avance calcinando todo lo que se cruce en su camino? ¡Porque también tienen sus propias habilidades, además de usarse para pegar cachiporrazos!
Hay armas que curan continuamente, permiten la resurrección sin necesidad de Magicks, convierten los rayos láser en infinitos, enamoran al enemigo… Y, además, para cuando las combinaciones empiecen a hacerse repetitivas, siempre podremos imbuir estas armas con el poder de los elementos para crear más ataques todavía. Sí, eso es lo que pensé yo; aún más :O
Magicka posee asimismo mucho contenido descargable: campañas nuevas, campañas desde el otro punto de vista, mapas PVP, desafíos… y túnicas. ¡Túnicas con poderes! Podremos ponernos, entre otras muchas, la Túnica de Flamos, que nos hará casi inmunes a la sanación normal, pero permitirá la regeneración con el fuego. ¡Y ahí es donde entra la grasa, de la que hablaba antes! Podremos llenar tooodo el suelo de grasa para después prenderle fuego, desatando el infierno con llamas mucho más potentes que las normales, que tostarán, asarán, carbonizarán a los contrincantes (si bien más a los amigos) mientras convierten al mago en un ser prácticamente indestructible. ¡Me llegué a sentir como un auténtico balrog de fuego! Además, son llamas que no se apagarán ni aunque conjuren una lluvia torrencial (que puede hacerse).
Y no hace falta que me adentre en el PVP (jugador contra jugador), porque una vez en campaña mataremos más veces accidentalmente que a propósito. Aunque lo intentemos. Creedme. Pero sí mencionaré los pequeños puzles a resolver, como encender máquinas con el poder del rayo, antorchas para poder ver el camino o usar el Magick acelerador para acceder a sitios a los que normalmente no se llegaría a tiempo. No suponen un desafío, pero amenizan la jugabilidad.
Y cuando se acaba el modo campaña y el PVP se queda corto, se puede descubrir el modo desafío, consistente en sobrevivir a hordas de enemigos, con pequeñas variables en cada mapa, como poder usar solo ciertos poderes elementales cada ronda (lo que fuerza a a abandonar el plan habitual de ataque) o en tierras que se van desmoronando poco a poco, por ejemplo. Mapas diminutos, pero con mucho potencial para el entretenimiento, sobre todo en multijugador. La esencia del juego es disfrutarlo en compañía.
Todo esto con una historia detrás, una historia fantástica de magos y miedo al ansia de poder, una historia llena de hechizos que salen mal, reyes cobardes y muertes accidentales, una historia cuyo santo y seña es “banana”; una historia arreglada, pero informal.
- Cards Against Humanity: edición limitada de Mass Effect - 24 febrero, 2017
- Madrid Games Week 2015 - 10 octubre, 2015
- Dreamfall Chapters Book Two: Rebels ya tiene fecha de salida - 20 febrero, 2015