Never Alone no es un juego cualquiera, pero sigue una pequeña corriente que poco a poco va tomando fuerza en los títulos indie: juegos que basan su atractivo en su emotividad, en su efecto didáctico o en el hecho de afrontar temáticas que las grandes producciones no se atreven a tocar. En el caso que nos ocupa, Never Alone es el resultado de la colaboración de Upper One Games, un pequeño estudio de Seattle, con los Iñupiat, una tribu nativa de Alaska. Un juego que sirve para llevar a los ojos de los jugadores la rica y bella cultura de este pueblo.
Never Alone es un juego… y un poco más. Como juego, es un sencillo plataformas del estilo de Max: The curse of brotherhood o Limbo, con un desarollo bastante clásico pero con un apartado artístico peculiar y encantador. Pero, además de eso, Never Alone es un pequeño documental sobre las costumbres, modo de vida, anécdotas y leyendas de los Iñupiat.
A medida que avanzamos en el juego, vamos desbloqueando pequeños vídeos que nos hablan de aspectos cotidianos en la vida de esta gente. Desde los encantadores zorros árticos que algunos de ellos crian como mascotas, hasta sus costumbres de pesca, su mitología… de forma breve pero concisa y amena, vamos conociendo esos diferentes aspectos. Seguro que, cada vez que desbloqueemos un vídeo, pararemos el juego para verlo tranquilamente.
La presentación del juego es muy bonita: una serie de escenas cinemáticas con un estilo artístico inspirado en los grabados tradicionales en marfil de los Iñupiat junto a un narrador en su propio idioma (con subtítulos) nos van contando lo que ocurre, para que luego nosotros recorramos bellos pero peligrosos parajes helados junto a la niña Nuna (Tierra en idioma Iñupiat) y el zorro ártico Zorro, utilizando las habilidades de ambos para resolver sencillos puzzles y superar plataformas. Nos uniremos enseguida a los dos personajes y a su bella amistad a medida que descubrimos las personificaciones de las leyendas de su gente.
Si bien la jugabilidad tiene algunos pequeños fallos en el control y la IA, que nos harán morir injustamente alguna vez, el concepto educativo del juego, su bello apartado artístico y su historia única basada en una leyenda de este pueblo de Alaska, hacen que, pese a su corta duración y sus fallitos, sea un juego que merezca una oportunidad. Está lleno de cariño y encanto, y eso es algo que disfrutaréis.
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