Junto al calor del verano 1966, Kaoru llega a un nuevo instituto, algo a lo que está acostumbrado por el trabajo de su padre. Este incesante vaivén ha hecho del joven una persona retraída y con un severo problema de angustia.
Lo que no entraba en sus planes era conocer a alguien tan especial como Sentaro , un alocado compañero que romperá todos sus esquemas y es que, el que a primera vista podría y podrá meter a Kaoru en más de un lío esconde detrás de esa fachada de buscavidas un corazón tan grande como grande es su pasión por la música, algo que sin duda los irá uniendo más y más, junto a Sentaro. La dulce y atenta Ritsuko, amiga de este último desde la infancia, hará que el verano de Kaoru mucho más increíble de lo que el jamás pudo pensar cuando llego a la pequeña isla de Kyushu.
Y así los tres sin saber serán notas discordantes en una melodía aun por escribir donde la amistad y el amor se entrelazarán junto con la llegada de la madurez y mucho, mucho jazz.
Sakamichi no Apollon aun por su género se aleja bastante de lo que podríamos considerar una historia romántica, que haberla hay por supuesto, pero sin duda es una obra que nos habla del florecimiento y llegada a la edad adulta de unos personajes que no lo tienen todo consigo. Con una grafía llena de luz y un trazo suave y una narrativa fluida pero sin estridencias, Yuki Kodama, su autora, comenzó a publicar esta obra dentro de la revista Flowers de Shogakukan en 2007, que se alargaría durante los siguientes cinco años, cuando a mediados de 2012 concluyó abarcando la nada desdeñable cantidad de 9 tomos más un especial. Ese mismo año se coronó como flamante ganadora en la categoría general de los Premios Shogakukan.
Ya a punto de terminar su versión en papel, Kids on the Slope llegó en versión animada, dirigida por Shin´ichiro Watanabe, conocido por su papel de director en Cowboy BeBop y producido por el tándem MAPPA y Tezuka Productions, el anime contó con una única temporada de 12 capítulos, contando en las labores musicales de la gran compositora Yoko Kanno que ya había trabajado con el director en la serie del cazarrecompensas más famoso de la galaxia. Una de las mayores riquezas del anime es sin duda la banda sonora, en el manga se hace referencia a varios títulos, empezando por el Moanin de Bobby Timmons, pasando por el famoso Someday my Prince will come de Bill Evans o la sinuosa Lullaby of Birdland que lanzó la portentosa voz de Ella Fitgerald y que de alguna manera forman parte de la música de la serie.
El manga, con el nombre con el que se conoce en inglés, ha sido publicado tan solo hace unos días en nuestro país por Milkyway Ediciones, un título que se aleja de lo que podemos encontrar habitualmente.