Érase una vez un juego de alternativas…
Recientemente hemos recibido la espléndida noticia de la confirmación por parte de Bethesda de que Dishonored 2 está en camino. Su primera parte, estrenada en 2012 gracias al profesional trabajo de Arkane Studios, ganó varios premios a mejor juego del año muy merecidamente, y además sus expansiones (Dunwall City Trials, El Puñal de Dunwall y por último Las Brujas de Brigmore) amplían la historia, las características y la dificultad. Sin embargo, dos años después, encuentro jugadores que, o no han oído del juego, o simplemente lo dejaron pendiente hasta olvidarlo y estar ahora más atentos al ruido que ha hecho el nuevo Thief de Eidos Montreal (del que seguramente hablemos más pronto que tarde). ¿Mi consejo? Lee este artículo, hazte con una edición GOTY de Dishonored, y dame las gracias algún día por recomendártelo.
VISTO Y NO VISTO
En la trama principal eres Corvo Attano, guardaespaldas de una emperatriz asesinada delante de tus narices y de su hija, Emily, a quien secuestraron en ese preciso instante. Hallado como único posible culpable de la tragedia, eres encerrado en prisión y condenado a muerte, pero alguien decide darte una segunda oportunidad. Así comienza un juego impecable que no tarda en dejarte bien claro que eres tú quién lleva las riendas.
Tú decides si avanzar dejando un enorme grafiti de sangre y numerosos miembros amputados tras de ti, si prefieres no ser detectado y dejarlo todo como si no hubieses estado, o cualquier punto intermedio. De hecho, puedes hacerlo tomando la ruta que elijas y desviándote de ella tantas veces como quieras para investigar en busca de objetos, nuevos objetivos e incluso nuevas formas de cumplir las metas que se desbloquean si eliges dudar sobre las posibilidades que ofrece este juego. No es un mundo abierto, pero sí libertad. Cada problema tiene varias soluciones, y las buscarás por diferentes zonas tan amplias y concienzudamente detalladas, que desearás que hubiese más de ello en otros juegos que tanto libre albedrío prometen. También puedes matar todo lo que se mueva, claro que conllevará sus consecuencias y seguramente te limite a uno de los varios finales que tiene la historia de Corvo.
También está el tema de las habilidades y herramientas que puedes ir mejorando, y es que, una vez el Forastero y Piero te las otorguen, no habrá quien te pare si sabes sacarles provecho. “Pestañeos” que te transportan allá donde mires, visión a través de paredes, invocaciones de ratas, violentos torbellinos de aire, posesión mental de cualquier ser vivo o agilidad sobrehumana son sólo algunas. Y si para algunos la sensación ninja se pierde siendo la perspectiva en primera persona, yo puedo asegurar que sólo se trata de coger algo de práctica.
Si bien Dishonored coge lo mejor de juegos de infiltración y acción en primera persona (incluyendo la primera trilogía de Thief) y lo mejora, está en tus manos cómo jugarlo. Sea cual sea tu estilo, te va a encantar.
EL SIGLO XIX PINTADO A MANO
Al iniciar una partida te encontrarás con un diseño que no parece aspirar a imitar la realidad. ¿Gráficos malos? Pues, si nos fijamos en la cantidad de esmero puesto en cada rincón, es obvio que no. Dishonored no sólo basa su diseño en ciudades inglesas durante el siglo XIX, sino que también las caricaturiza. Cada persona, casa, mueble, y nube parece sacada de un cuadro pintado con acualerables y cada una transmite abiertamente una historia con sólo echarle un vistazo, tal y como pretendió el director de arte Sebastien Mitton.
La ambientación no se queda ahí, dado que también entra en juego (a pesar de no estar basado en hechos reales, sino inspirado) un factor de otra época: la peste. La ciudad de Dunwall está casi desierta, sus habitantes muertos, enfermos y/o encerrados y los que quedan deambulando por las calles lo hacen para saquear, asesinar o mantener el “orden” acompañados por las ratas y la suciedad. Las protegidas casas de los ricos y poderosos se mantienen impolutas y coloridas en su medida, mientras todo lo demás se pudre al son de la pausada y melancólica banda sonora de Daniel Licht.
Por si fuera poco, el aspecto de la ciudad puede empeorar aún más, dado que tus acciones a lo largo de cada misión pueden provocar que más adelante ciertas zonas pasen más penurias o se estabilicen, siendo decisiva la diferencia entre los resultados finales. Conociéndolos, yo personalmente disfrutaría más de toda la historia de Corvo arrasando con todo lo que me cruce durante la primera partida, y optando por métodos más elegantes y sigilosos en la segunda. También viene bien aprovechar la función de guardado manual y automática tan propia de Bethesda para revisitar ciertos eventos puntuales y probar con otros resultados.
AHÍ NO ACABA LA COSA
La historia de Dishonored es lo suficientemente simple como para no confundir a nadie, pero a la vez lo suficientemente profunda como para incitarte a investigar más. Si ya has desvelado hasta el último secreto de este juego y te has quedado con ganas de más, hay tres expansiones que te van a encantar:
Dunwall City Trials: Diez pruebas de dificultad “normal” y otras seis para expertos que se reparten requisitos como pueden ser velocidad, combinación de habilidades, supervivencia o sigilo. Un modo de juego que te reta a ser mucho más que el guardián de la emperatriz.
El Puñal de Dunwall: En el papel de Daud, el asesino de la emperatriz, comenzarás la primera parte de la historia paralela a la de Corvo, que aclarará algunos detalles y añadirá bastante más información al mundo de Dishonored, y también cuenta con más de un final.
Las Brujas de Brigmore: Concluye con la segunda y parte final de la historia de Daud, cuya culpabilidad dependerá de las elecciones que tomes. Los datos de la primera parte se pueden usar para continuar la historia tal y como la hayamos dejado, y al igual que antes también contaremos con una variedad distinta de habilidades que diferencian a Daud de Corvo. Aquí podrás ver un pequeño vídeo del DLC que he cedido.
Con la cantidad de contenido que encontrarás en la edición GOTY de Dishonored, podrás exprimirlo a fondo durante un buen tiempo. Después de ello, sólo nos queda esperar a la secuela que Bethesda pueda traernos. Este juego ofrece material para crear un universo que fácilmente nos siga enganchando una y otra vez, y de hecho, ya está sirviendo de inspiración para que otras compañías desarrollen sus nuevos títulos. Está tan bien hecho que sube el listón para quien quiera ser competente en este arte, y si eres un seguidor de títulos como Assassin’s Creed, Metal Gear Solid, Splinter Cell, Thief, Deus Ex o Bioshock, este juego no puede faltarte en absoluto. Dishonored te hará crecer como gamer, y aunque esto último no necesariamente le hará mucha gracia a tu familia, estoy seguro de que si estás leyendo esto es porque a ti sí.
Juega bien, juega en casa.
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