Muchos no sabréis lo que es, otros lo habréis visto pero no habéis tenido uno en vuestras manos, y a los más “veteranos” seguro que se os escapa una lagrimilla recordándolo.
Si hacemos cuentas, los primeros casetes, cassettes o caset, como queráis llamarlos, aparecieron en un lejano 1963. Fue Philips la creadora de tan revolucionario invento. Inicialmente creados como medio para el dictado, su mejora en calidad de audio hizo que se convirtiera en uno de los medios más populares para grabación de música.
Más adelante, y con la introducción al mercado de los ordenadores de 8 Bits, se convirtió en el medio de almacenamiento para programas y juegos de los añorados MSX, Spectrum, Amstrad o Commodore 64.
Debido a esto, y a la introducción en el mercado de los equipos de música de doble pletina, proliferaron los primeros “piratas” informáticos, llenando los puestos de los rastros de diferentes ciudades, sobretodo Madrid y Barcelona, de copias con las últimas novedades lanzadas, incluidos videojuegos que ni siquiera se habían lanzado en el mercado español.
De diferentes capacidades, 60, 90 o 120 minutos, con dos caras A y B, que disponía cada una de la mitad de la duración total, el casete fue el medio ideal para compartir canciones o videojuegos, además de favorecer la “portabilidad” de nuestra música favorita gracias a la aparición de los walkman. ¿Quién no ha grabado los últimos éxitos del momento de la radio en un casete, teniendo el dedo en el stop para no grabar la voz del locutor de turno de nuestro programa favorito?
Poco a poco fueron apareciendo diferentes formatos de almacenamiento para audio, el DAT, el Minidisc para acabar sucumbiendo al CD y al discman. Y ahora con el mp3 y sus reproductores en miniatura, podemos llevar cientos de minutos de música en un aparato de pocos centímetros.
Hoy en día el casete ya es historia, pero seguro que muchos todavía guardáis en casa alguno con las grabaciones de los 40 principales de los 80-90, o las famosas cintas de chistes de Arévalo o Don Pío, incluso casetes de Enrique y Ana o de los grupos punteros de la época.
Así que aunque ahora os parezca algo obsoleto o bastante “cutre” tecnológicamente, recordad siempre que si no hubiera sido por el casete, probablemente hoy en día no existirían los MP3.
Por cierto, ¿cuántos sabéis la relación que existe entre un boli bic y un casete?