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Una tarde de Viernes cualquiera,del año 1987, nuestro protagonista se dirige con paso rápido hacia casa, después de acabar las clases en el colegio; estaba en 6º de EGB. Esa semana, su abuela, después de mucho insistirle y ponerle caritas de pena, le había regalado a él y a sus hermanos su deseado Amstrad CPC.
Habían sido muchas tardes de “gorroneo” en casa de su prima, muchas horas de dar la lata a su madre y no menos días ablandando a su abuela; pero, por fin, lo habían conseguido, tenían un ordenador en casa.
Subió las escaleras hasta el tercer piso corriendo como un loco, entró en casa, lanzó la mochila encima de la cama y fue corriendo hasta la cocina a por su bocata de Nocilla.
Le dió un beso a su madre y salió como una exhalación hacia el comedor. Encendió con manos nerviosas el ordenador. Conectó el magnetofón e introdujo en él un casette.
Era un juego nuevo de una tal Dinamic, En la portada la imagen de uno de sus jugadores de baloncesto favoritos, Fernando Martín, con la elástica de la selección española, protegiendo el balón después de capturar un rebote.
Lo habían comprado el día anterior, pero hasta el fin de semana no podían tocar el ordenador. Tecleó unas breves instrucciones en el teclado y pulsó ansiosamente el Play del magnetofón. En breves segundos, empezó a oírse el particular chirrido de los bytes cargándose en la memoria de su ansiado CPC.
Aprovechó para terminarse la merienda, mientras, veía en la pantalla como iba apareciendo una caricatura de su admirado Fernando Martín.
Dio el último bocado, cruzó los dedos para que no fallara la carga del juego, y pasados cinco eternos minutos, sí, cinco minutos, se paró el magnetofón. Pulsó la barra espaciadora y comenzó a sonar una musiquilla por el altavoz situado en la parte trasera del teclado. Un agradable menú de opciones se abrió ante sus ojos.
¡¡Guau!! Pensó, puedo jugar contra el mismísimo Fernando Martín un uno-contra-uno, ¡¡anda, si también puedo ponerle mi nombre!! ¡¡y jugar contra mis hermanos!!
Y así comenzó una tarde de diversión, de ilusión; solos él, Fernando Martín, y su Amstrad CPC como único testigo. Así empezó la historia de alguien que ama los videojuegos: que le encanta probar todo lo que puede llegar a sus manos; que no desprecia lo viejo por el mero hecho de serlo; que sabe la importancia que tuvo la década de los 80 en nuestro amado mundo de los videojuegos…en definitiva, así nació UN JUGÓN.”
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Acabo de darme cuenta de que ese vaso está en casa de mi abuela xD