Para muchas personas es un auténtico tabú el admitir o directamente ver películas de dibujos animados, simplemente porque les tachen de infantiles. Otros estudios de animación son mucho más sutiles a la hora de elaborar sus guiones y aunque en su trasfondo podamos aprender grandes valores, están más velados que Pixar.
Ver una película de este estudio te hace plantearte si realmente están contando una historia para niños, para mayores o para toda la familia en general.
En ReLive, desgranándolo en dos partes, con el inminente estreno de “Inside Out” , hemos querido mostraros algunas de esas enseñanzas que se agradecen y dotan a estas películas, aparte de diversión, de una profundidad realmente incomparable.
Esta es el buque insignia de Pixar, por la que todos conocemos a la compañía de animación. Nos cuenta la vida secreta de los juguetes cuando nosotros no los vemos y, en su amplitud como trilogía -aunque pronto recibiremos una cuarta entrega-, es un alegato a la amistad.
Ahora bien…cada parte de Toy Story tiene su propia enseñanza. En esta primera entrega todo va dirigido a “La Novedad”, lo nuevo en nuestras vidas. Y podríamos cambiar los juguetes por personas sin que perdiera un ápice de significado. “Los viejos buenos amigos lo son para siempre”. Es un viaje por la aceptación personal a la evolución; el sumar más al grupo y verlo como algo bueno.
El bueno de Woody, el juguete preferido de Andy, ve correr peligro en su estatus ante la llegada del increíble Buzz Lightyear. Surgen los celos y la lucha por demostrar quién manda allí y cuál es el sitio de cada uno.
Buzz, sin embargo, es un juguete que no se siente juguete, sino el personaje al que representa, un guerrero espacial.
De la mano de los dos personajes avanzamos en esta historia que nos hace descubrir la amistad y enfrentarnos tanto a la verdad como a la responsabilidad.
Esta película suelo indicarla cuando un niño siente celos del hermanito que acaba de nacer, donde él antes se ha sentido el centro del todo dentro de una familia y, de repente, llega alguien nuevo, inconsciente de lo que es.
“Hay un amigo en mi” es la canción que da color a esta película y su gran, grandísimo mensaje.
No creo que esté en la lista de pelis de animación que muchas personas llegue a enumerar si se pregunta acerca de ello. Esta gran segunda película de Pixar, habla del “Yo”; de la “imagen”; de la “integración dentro de un grupo”.
Flick, la hormiga, se cansa de que los saltamontes, año tras año, saqueen el trabajo de las hormigas y emprende un viaje para reclutar un variopinto grupo de héroes.
Donde Flick ve héroes, en realidad hay un grupo de teatro que representa lo que no es. Un grupo que se consolida y sale adelante demostrando que puede llegar más allá de las expectativas iniciales si se cree en uno mismo y en los otros…la confianza mutua.
Tiene muchos clichés de lo tópico; como por ejemplo, la mariquita Francis, con su genial frase: “¿Porque soy una mariquita tengo que ser chica?»
Bichos me pareció una excelente película. No es de mis preferidas de Pixar aunque sí creo que te enseña a ver las cosas como son. Esa estupenda frase de la oruga Heimlich: “¡Estoy volando! Desde aquí arriba parecéis todos hormiguitas”…porque realmente es lo que ve.
Esta, creo, es la peli donde Pixar se jugaba su prestigio. Donde muchos apuntaron y criticaron que el estudio de animación únicamente quería recaudar a base de la gran aceptación de la primera parte. No sé si el éxito de público, superior a la primera entrega, haría…rectificar…las palabras de muchos de ellos.
¡Vayamos con el mensaje de esta segunda parte! ¿A dónde pertenecemos?, ¿Quiénes somos?; la adopción. Fijaos que profundo, pero certero argumento.
Woody, acaba por error en manos de un marchante de coleccionismo, donde descubre que pertenece a una familia de muñecos de gran valor. Sus amigos, emprenden un nuevo frenético viaje de rescate para traerle de vuelta a casa. Mientras tanto, Woody tratará de decidir cuál es su sitio.
Como personas…¿Cómo aceptaríamos un hecho similar? De repente descubres que eres adoptado; perteneces a otra familia y mientras que los conoces, la familia con la que te has criado lucha porque vuelvas con ellos por miedo a perderte.
Tal vez el desenlace es demasiado…bonito. Pues los hechos conducen a Woody a ver que dentro de esa familia que descubre no todos son lo bueno que parecen y todo se resuelve en una decisión salomónica de ¿Por qué no quedarme con lo mejor de ambos?
En la vida real no suele ocurrir siempre así, pero hay casos en los que se da, en los que funciona. No está tan lejos de la realidad. Por ello, es una película muy recomendable en este sentido si se presenta el caso de tener que explicar o ayudar a conocer los orígenes de alguien querido.
Brillante. ¿De qué se “alimentan” los Monstruos? De los gritos de los niños. ¿Qué temen los Monstruos? A los propios niños. La inocencia, el trabajo en equipo, la otra forma de hacer las cosas.
Sulley y su ayudante y amigo Mike, son los mejores en su trabajo: hacer gritar a los niños y recoger esa energía de la que el mundo de los monstruos se nutre… hasta que por error una niña accede al mundo de los monstruos, provocando el caos en sus vidas.
En esta película tenemos a la figura eficiente ejerciendo su trabajo Sulley y al ayudante aspirante Mike, bajo su sombra. Los dos se compenetran para hacer las cosas bien desarrollando su función, aunque a Mike siempre le gustaría cambiar de rol, con un problema… no consigue arrancar un grito a un niño.
Entonces llega la inocencia a sus vidas… Boo. Demasiado pequeña para asustarse, pero que traerá a las vidas de Sulley y Mike un gran cambio, enseñándoles la verdad de su mundo. Porque, en la esencia de la inocencia de los más pequeños es donde los adultos encontramos la verdad.
Y es aquí en esta verdad, que unas veces puede ser más compleja que otras donde descubren que la risa es más poderosa que el llanto o el miedo. Donde, a veces, cambiando los papeles haciendo las cosas de otra manera podemos obtener mejores resultados.
Tal vez, una de las películas de Pixar más orientadas a los padres. Aunque para los más pequeños es toda una aventura, un adulto no puede verla sin la sensación de nuestro miedo a ver crecer a nuestros peques , algo que tarde o temprano ocurre y no podemos evitar.
Aquí el peligro inminente de sobreprotección se hace real cuando el pequeño Nemo es capturado y su asustadizo padre Marlin debe dar un paso adelante, enfrentándose a sus propios miedos, para recuperar a su hijo.
También enseña a los niños que dentro de cualquier padre/madre hay un héroe que daría todo por ellos. Así como que las advertencias que tantas veces les damos por su bien, en ocasiones se cumplen.
Buscando a Nemo es ese equilibrio entre las dos posiciones; La de los padres y la de los hijos. Podemos asimilar la valentía de nuestros pequeños y ellos pueden entender nuestras preocupaciones, solo hay que dejar fluir la vida.
Esta película también es orientativa para toda la familia. Habla de nuestro pasado, de nuestras obligaciones, de lo que nos hace especiales a cada uno… y realmente se resume en tres diálogos muy interesantes.
Como sabréis trata la vida de una familia aparentemente normal; formada por los padres que en el pasado fueron reconocidos superhéroes, pero luego fueron dados de lado por la sociedad, y sus tres hijos que han heredado sus poderes. Cuando el mundo se vuelve a ver en peligro la familia unida se ve obligada a actuar.
Todos tenemos algo especial aunque no por ello debemos ser considerados especiales: Esta enseñanza parte de este diálogo “- Todo el mundo es especial – a lo que contestan.- Esa es otra forma de decir que nadie lo es.” Es un poco el vaso medio vacío, medio lleno; depende de la forma en que se mire.
“Vosotros sois mi mayor aventura, y casi me la pierdo.” Cuantas veces por el trabajo, por las obligaciones diarias, por la cotidianeidad de la vida no disfrutamos de aquellos que tenemos cerca. Esta es la frase de un padre a sus hijos. Alguien que comprueba que viviendo en familia cada momento demuestra lo que realmente es genuino. Lo bueno que muchas veces nos perdemos por no intentar cambiar la rutina a la que nos arraigamos.
“Darle importancia a la vida no es cobardía.” Otra sentencia de la película, cuyo significado es sencillamente el que dice. Darle importancia a la vida es sinceramente embarcarte en una gran aventura. Muchas veces, enfrentarse a la vida que nos toca vivir requiere de un gran valor.
Esta película es una fábula de cómo puedes ser o no puedes ser nada, desde el diferente punto de vista en que se mire. Tenemos a un gran triunfador que de repente se ve perdido en mitad de la nada…con la palabra “Campeón” fijada en su ser. Alguien que descubre que la humildad tal vez pueda otorgarte las enseñanzas más valiosas en la vida. Siempre hay alguien mejor que tú en lo que haces, no lo dudes; Solo depende de ti mismo el afrontarlo, aprender y continuar.
Ya hablé de esta película y sus enseñanzas en Facebook hace tiempo. Como la sociedad se empeña en etiquetar a las personas por lo que parecen y no por lo que realmente son. También una puyita de Pixar a la crítica. Una rata, resulta ser el mejor cocinero de todo Paris. El ser más detestable que puedas imaginarte dentro de una cocina resulta ser la estrella indiscutible del lugar.
Muchas veces por miedo a lo que nos digan o por no ser correspondidos por nuestra apariencia damos un paso hacia atrás… pero, “El cambio es nuestra opción y se inicia cuando se decide.” Si quieres dejar de ser aquello a lo que te han relegado y demostrar lo que vales, debes cambiar.” No dejes que nadie defina tus límites, el único límite es tu alma.” Cuantas veces la historia ha demostrado que la imagen, lo inconcebible, era completamente opuesto a lo que realmente estaba ante nuestras narices.
Y para finalizar…la puya a la crítica que viene de labios del crítico de cocina, Anton Ego…paradójico el apellido ya que el “ego” muchas veces no nos deja ver: “En muchos sentidos, el trabajo de un crítico es fácil. Arriesgamos poco porque gozamos de una posición que está por encima de los que exponen su trabajo y a sí mismos a nuestro criterio. Nos regodeamos en las críticas negativas que son divertidas de escribir y de leer. Pero el hecho más amargo que debemos afrontar los críticos es que, a la hora de la verdad, cualquier producto mediocre tiene, probablemente, más sentido que la crítica en la que lo tachamos de basura.” No puedo añadir nada más… sinceramente ocurre así.
Y hasta aquí la primera parte, muy pronto seguiremos el recorrido por las enseñanzas que Pixar introduce en sus películas con títulos como Wall-e o Brave. ¡Os esperamos!
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