Gracias al servicio EA Access (el cual cada día se va revelando como una mejor inversión) hemos podido probar las seis primeras horas del esperado debut de Bioware en la nueva generación, que llegará el próximo viernes… y estas son nuestras impresiones.
Los antecedentes.
Es una pena que no se lo hayan currado un poco más y hayan encontrado un modo que nos permita importar las partidas de los juegos anteriores para así mantener las decisiones que tomamos en su momento. Nos ofrecen una alternativa llamada Dragon Age Keep, una web en la que podemos marcar las decisiones que tomamos en su momento y guardar el conjunto en nuestra cuenta de Origin para importarlo en Inquisition.
¿El problema? Que muchos jugamos el primer juego en 2009, cuando salió, y no recordamos cada decisión que tomamos, especialmente teniendo en cuenta que algunas tienen relación con pequeñas misiones secundarias.
El editor.
Una vez lanzamos el juego, el primer paso lógico es el de crearnos nuestro personaje al gusto. Si bien, al tener límite de tiempo, no le dediqué todo el tiempo que hubiese querido al proceso de creación, el editor está cargado de opciones y nos permitirá retocar casi cada detalle del personaje.
Las diferentes razas y géneros, y las enormes posibilidades de combinación que el juego ofrece permitirán que nuestro personaje sea completamente único. Además, el avanzado apartado técnico permite que nuestra creación tenga un aspecto impresionante.
El apartado técnico.
Inquisition entra inmediatamente por los ojos. Cuando el juego comienza vemos personajes enormes, con muy buenas animaciones y una gran expresividad, y enseguida comenzamos a movernos por unos enormes y bellos escenarios.
La prueba sólo nos deja experimentar un par de ellos, pero están llenos de detalles y de vida. La vegetación, los animales, las estructuras, el conjunto del paisaje… todo tiene un aspecto impresionante. Y lo mejor es que se mueve con total suavidad. Eso, sumado a la impresionante banda sonora, nos presenta toda una épica aventura.
El combate.
Uno de los aspectos más criticados de Dragon Age II fue su sistema de combate, que dejaba a un lado el enfoque rolero de su predecesor para traernos un sistema cuyo dominio residía más en la habilidad con los botones que en el desarrollo del personaje. Por suerte, esta nueva entrega retoma el sistema del primer juego, que tan buen resultado dio, manteniendo incluso su sistema de control.
Es más, Inquisition mejora el conjunto con un añadido muy interesante: una «vista táctica» que nos permite detener la acción, y con un enfoque superior al estilo juego de estrategia nos permite ordenar uno a uno a nuestros personajes a qué enemigo deben atacar, dónde deben situarse… un toque estratégico muy útil y de agradecer.
Los diálogos y la historia.
Inquisition parece el predecesor natural de Origins, como si Dragon Age II no hubiese existido, salvo por algunos pequeños detalles. Por ejemplo, el sistema de diálogos. Dragon Age II adoptó uno parecido al de la saga Mass Effect, que dio buen resultado, y esta tercera entrega sigue su mismo camino.
Evidentemente los tentáculos de Dragon Age II se extienden también en la historia de Inquisition, y enseguida nos encontraremos viejos conocidos, como el gran Varric, y menciones a eventos y personajes pasados.
Las misiones.
La prueba sólo nos permitía jugar el prólogo, y luego movernos por Las Tierras Exteriores, una hermosa zona boscosa que incluye la ciudad de Risco Rojo. Esta zona, un mapa abierto por el que podemos movernos con total libertad, está plagada de cosas por hacer: misiones primarias y secundarias a montones, grietas en el velo que cerrar, fragmentos mágicos que recoger, campamentos que establecer…
Una de las mecánicas del juego, que nos facilitará las cosas a la hora de enfrentar las misiones principales, es la de expandir la influencia de la Inquisición, un grupo que se forma con el fin de detener la entrada de demonios al mundo de Ferelden. Para ello deberemos buscar aliados, recursos y zonas en las que establecer nuevos campamentos… y si queremos completar al máximo todas esas misiones, nos esperan horas y horas en los bellos parajes del juego.
Bonito, gigantesco y apabullante, Dragon Age Inquisition es, a primera vista, el primer gran juego de rol de la nueva generación. En unos pocos días saldremos de dudas.
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