
Hace un par de años ya estuvimos en este evento y fue una bonita experiencia, aunque todo se reducía a merchandising y venta de videojuegos. El año pasado fue más de lo mismo aunque en un espacio más grande. Sin embargo, este año ha habido un gran cambio y para mejor. Mucho mejor. Van por muy buen camino y este evento se puede convertir en algo grande si siguen trabajando así. Como las otras ocasiones, la entrada era gratuita. Lo cual es otro punto a favor.

Este año el principal incentivo por el cual ir -al menos es la sensación que me dio cuando anunciaron la fecha en que se celebraría- era el concurso de cosplay. Desde mi punto de vista, no fue lo mejor. Esto no quiere decir que estuviera mal, no me malinterpretéis. Se vio un poco de todo. En el ambiente se respiraba por las actividades que se podían realizar que se buscaba mostrar a la nueva generación por qué a sus padres les gustaba tanto ese mundillo, con esos aparatos y esos juegos pixelados. Pero no era todo videojuegos. También aceraban a los niños al cine. Había una academia Jedi.
Empecemos por hablar a fondo de la parte más conocida por todos. La venta de vidojuegos y merchandising. Había de varias plataformas. De diferentes empresas. Sony, Sega, Microsoft, Nintendo… Desde máquinas de baloncesto y NEO GEO hasta el accesorio para jugar al Donkey Konga. Sumando a esto, había entregas de PlayStation 3 y Xbox 360. Se ve que ya se considera retro. ¡Y yo todavía dudando si PlayStation 2 es retro! Spoiler: desde hace poco, desde este año, si lo veo como retro. Me pasé a la otra acera. Lo siento…
Llamó mi atención en un stand del fondo que tuviesen Final Fantasy VII, VIII y IX a la vista y por solo 20€. Pero los encontraba un poco extraños. Eran muy sosos. Entonces me fijé más y vi que eran las ediciones japonesas. Miré el resto de la mesa y vi que tres cuartas partes de los juegos a la venta eran japoneses. Con las letras y los símbolos. El pack entero. Me fijé en las otra mesas de alrededor y ocurría lo mismo. Era barato, pero no eran las versiones que nosotros conocemos. A parte, lo que sí era lo que nosotros, mortales comunes, compramos estaba mínimo por 45€. MÍNIMO. Desde luego, no me llevé ningún juego a casa. Una pena para mí y una alegría para mi bolsillo. Lo que sí me llevé a casa fueron 3 tazas que me salieron a 6,25€ cada una. Hay que reponer la vajilla vieja.

Pasemos al merchandising. Este año había menos que los anteriores, pero había más variedad y con buenos precios. Podías comprar llaveros, mochilitas de las que son tipo saco por 8€, carteras por 12€, lámparas hechas con hama beads, flores de hama beads, chapas, un parchís -¡adivinad de qué estaba hecho!-, fotos en 3D… También había unas placas de cristal -creo que era cristal- que se iluminaba y resaltaba el dibujo grabado en él. Tenías un catálogo a mano por si el diseño que buscas ya lo tienen. Esta es una decoración ideal para tener en la pared de tu habitación para crear ambiente por la noche mientras miras una buena serie con las luces apagadas. Incluso había unos libros (pero solo había tres o cuatro) que leía de pequeña y eran de mi hermano. En ellos encontrabas diferentes finales, pues cada X páginas este de daba a elegir qué hacía el protagonista. Eran libros de los más entretenidos. Hablando de entretenimiento, también había máquinas recreativas y ordenadores.
El pabellón estaba claramente seccionado. Al fondo, videojuegos. En los laterales, el merchandising. En el centro, el escenario y las sillas. Y nada más entrar, la sección de entretenimiento. Máquinas arcade, ordenadores y juegos de mesa. Como era de esperar, estuvo todo el tiempo a tope. Siempre estaba todo ocupado. Esta vez no pude tocar ni una sola máquina ni juego porque nunca había ninguna libre. Desde luego, la gente aprovecha todo lo que puede de esta sección. Normalmente, son adultos los que ves jugando. Sin embargo, este año había más niños que adultos. Sobretodo en la sección de ordenadores. Disfrutaban jugando a Super Mario Bros 3, a Bubble Bobble, Cadillacs and Dinosaurs y juegos que, sinceramente, no tengo ni idea de cuáles eran. Lo único que me decepcionó -más por la ilusión que tenía al ver la caja de la máquina recreativa-, que dicha máquina no tuviese el juego del Tetris de Atari. Fui hacia ella toda ilusionada para poder echar una partidita con un amigo que me acompañaba y, a parte de estar siempre ocupada como todas las demás, ni siquiera tenía el juego. Por suerte, me pude quitar ese «mal sabor de boca» con los espectáculos: el concurso de cosplay y la academia Jedi.
La academia Jedi me recordó a los espectáculos que muestran los payasos a los niños en las bodas o a esas obras de teatro para niños que les hacen participar con gestos y hablando. Fue bonito de ver y divertido. Sobretodo en la parte que veías a Leia con traje blanco consigo misma en el traje ligero de ropa (el cual yo llamo bikini) mientras se zampa un bollo, un cazafantasmas con un Yoda en la espalda dentro de una mochila, un Noctis bajito que ahora es mujer y Darth Vader junto a sus secuaces luchando contra niños todo en la misma escena. Fue curioso cuanto menos. Les enseñaron como blandir el sable, con lo cual después lo pusieron todos en práctica -lo hicieron muy bien-. También les enseñaron las frases más conocidas de la saga, las cuales necesitaban para vencer a los malos. Y, por supuesto, también les enseñaron qué era un Jedi, qué era un Sith, de qué color eran sus sables y todo el meollo. Hubo bastantes niños participando. Y también los hubo en el concurso de cosplay.
El concurso de cosplay constaba de dos secciones: infantil y adulta. En ambas se repartirían premios. Por un lado, en la infantil había premio para los tres mejores. Por otro lado, en la sección adulta, habría 4 premios -en esta participó más gente. Sobre la sección infantil solo quiero comentar que me dio mucha rabia que batman no dijera su frase más famosa, así que la digo yo ahora y me quedo tranquila. ¡Soy Batman!. Ya, ya está. Estoy mejor. Esta sección es lo típico. Niños que se compran un disfraz, se visten y dan su mejor cara. Tampoco se les puede pedir mucho más. Me dio pena que hubo una niña que no quiso salir por vergüenza. Me quedé con las ganas de saber qué disfraz llevaba.
Pero el plato fuerte es la sección de adultos. Aquí están los disfraces bien trabajados, los que requieren meses de trabajo e invertir dinero y maña para obtener un buen resultado. Una participante iba disfrazada de Katana de Escuadrón Suicida y llevaba una katana de verdad importada de Japón. Sin afilar, claro. También había un personaje del LOL -el cual se llevó el primer premio- y un Ironman con bluetooth, sonido, luces, piezas recicladas de altavoces y un traje bien brillante con una máscara que se pone y se quita par verle la cara. Estaba tan bien hecho este último traje que para poder subir al escenario, palabras del presentador, se tenía que quitar la huevera. Imagino yo que no quedó en primer lugar porque el disfraz no lo hizo él solo, sino con la ayuda de un amigo. Otros participantes que brillaron fue la familia que iba disfrazada de «Fallout». Han acudido a este evento desde su nacimiento y cada año han ido mejorando su atuendo. Este año se hicieron todos los detalles del traje, las armas eran artesanales, incluso estaban como manchados como si viniesen del campo, de la guerra, del videojuego. Espero poder verles el año que viene también.
Aprovecho también para comentar que el 4 de abril tenéis a HANA en el Ágora de Alcoy a las 19:30h. Podréis conocer mejor a Japón y su cultura: HANA – RetroWeekend Alcoi 2019
Este año el evento se celebró el en Pabellón Deportivo de la Universidad Politécnica de Valencia ubicado en Alcoy. Un recinto bien acondicionado y ventilado, preparado para que acuda tanta gente y lo suficientemente apartado de la ciudad como para no molestar a los vecinos ni terminar perdidos por el centro de Alcoy. Han estrenado nuevas actividades, se van creando su lugar en el pueblo y brindan cultura a la nueva generación de una forma sana. Incluso hicieron un pequeño teatro el cual me perdí. Llegué justo al final -sí, nos perdimos varias veces por el camino en la autovía. Eso siempre ocurre. Ja, ja, ja-. A pesar de no comprar mucho, gracias a lo que ofrecía me divertí durante toda mi estancia y el día se me pasó volando. Ojalá sigan mejorando así y espero poder escribir el año que viene buenas experiencias como estas.
A continuación, tenéis las fotos que hice durante el evento y también un breve vídeo que pude hacer de las actividades. Si tú también acudiste, espero que lo pasaras tan bien como yo y espero verte el año que viene allí. Lo daremos todo de nuevo.
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