En ocasiones, uno echa de menos esa «magia» que tenían aquellos plataformas 2D de la era de los 8 y 16 bits, por eso se agradece enormemente la llegada de juegos que recuperen ese espíritu, como Rayman Legends, o el que nos ocupa, este Max: The Curse Of Brotherhood, un divertido y adictivo plataformas con puzzles que nos harán estrujarnos los sesos más de una vez, y que nos harán sentir una gran satisfacción al resolverlos.
El juego es una reimaginación de la anterior obra de sus creadores, Press Play, Max And The Magic Marker, que se lanzó para PC, Wii, NDS, iOS y PS3. Aquel juego tenía un encantador estilo de dibujo infantil:
Ahora, Press Play son propiedad de Microsoft Studios, y tras haber lanzado un juego para Windows Phone, Curse Of The Brotherhood es su primer lanzamiento para las consolas de la compañía, que ya podéis disfrutar en One y que llegará en los próximos meses a 360.
Esta reimaginación comparte tres elementos con el juego original: Max, su rotulador mágico y el malvado Mustacho. En aquel juego, Max dibujaba un monstruo que, debido a la magia de su rotulador, cobraba vida, y el chico debía introducirse en sus dibujos para detenerlo. En el nuevo, Max tiene un hermano pequeño, Felix, y tras la típica pelea de niños, decide buscar en internet un modo de hacer que desaparezca. Por desgracia, su rabieta se hace realidad, y el malvado Mustacho secuestra al niño arrastrándolo a su mundo, un mundo al que Max deberá viajar para salvar a Felix.
Un mundo hermoso, de cuento de hadas, pero también peligroso:
La mecánica es sencilla, pero, al mismo tiempo, da mucho de sí: debemos avanzar por niveles plataformeros utilizando el rotulador mágico para superar diferentes obstáculos y puzzles. Dibujaremos ramas, lianas, pilares de roca, chorros de agua o fuego, y utilizando y combinando estos recursos deberemos jugar con la física y los escenarios para conseguir lo que queremos. Y, creedme, lograrlo es muy satisfactorio, especialmente cuando damos con la solución de algunos de los momentos más complejos.
Técnicamente, el juego resulta precioso. No tiene gráficos punteros, pero, en su género, es una maravilla, y todo el estilo nos recuerda a una película de animación o un cuento. El juego está lleno de melodías pegadizas, y aunque apenas hay voces, las existentes están muy cuidadas. Los movimientos son muy fluidos, incluso cuando hablamos de los elementos que nosotros creamos y añadimos al escenario. La física funciona a la perfección, y eso es muy importante, cuando muchos puzzles dependen de esta.
En resumen, se trata de una pequeña joya cuidada y mimada hasta el último detalle.
Quizá, como puntos negativos, podemos decir que hay momentos en los que uno puede atascarse, ya que los puzzles no quedan demasiado claros. Cuando os pase esto, un pequeño consejo: no busquéis soluciones enrevesadas, a veces no vemos lo más sencillo. De todos modos, la satisfacción al encontrar la solución lo compensa. Además, el control del rotulador resulta un poco engorroso: tenemos que sostener el gatillo, usar el stick y apretar un botón, y el proceso es lento, algo que puede jugarnos malas pasadas en ciertos niveles en los que debemos huir de diferentes amenazas que nos persiguen. Además, por desgracia, el juego se hace corto, especialmente por lo adictivo que es. Pero, por suerte, sólo se trata de fallos menores y puntuales que no lastran la experiencia.
Quizá, por la importancia de la física y la vulnerabilidad del personaje principal (Max sólo puede saltar y poco más), el juego puede recordarnos a un Limbo colorido y lleno de luz. Pero, si hablamos de Xbox One, ahora mismo no hay nada similar. Y aunque el catálogo de la consola de Microsoft por ahora es escaso, probablemente durante un tiempo sea difícil que los juegos que vayan llegando alcancen las cotas de calidad de éste. Aquí hay algo muy bueno, un juego muy cuidado, un trabajo fantástico por parte de Press Play, capaz de mirar sin miedo al resto de grandes títulos de la consola, y capaz de mantenerse en pie ante otros grandes representantes de este género cada vez más escaso y tan añorado como son las plataformas 2D. Si os gustan este tipo de juegos… apuesto que Max probará ser un imprescindible entre ellos.
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